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A mí me gustaba primero porque, como a todos los chavales de mi edad por aquel entonces, nos daban las vacaciones y ya se podía empezar a salir un poco a la calle porque el tiempo mejoraba. Y también porque iba a mi pueblo, donde había (y sigue habiendo) unas preciosas procesiones. Que si bien puedes creer -o no- en lo que se muestran en esos pasos, no se puede negar que son verdaderas obras de arte. La imaginería no es sólo escultura en madera, sino también pintura. por lo tanto es un doble esfuerzo ya que no sólo es hacer una escultura que muetre un cuerpo humano más o menos proporcionado, sino también pintarlos de forma realista.
Esto es todo. Dejo aquí otra canción de otro artistazo que le dedicó a la semana santa sus minutos de reconocimiento a la Semana Santa y a sus himnos, las Saetas.
Y otro de regalo. Una saeta de las de verdad. De las que hay que "tenerlos cuadrados" para llegar a algunos tonos. De la Semana Santa de mi pueblo.
Saludos a todos.