Fecha

domingo, 3 de octubre de 2010

Las cartas del cajón





Tengo un caos en mi habitación que no es normal. Ojalá un día de estos los SWAT se piensen que tengo algo raro para que vengan y me ordenen la habitación y dejen la mesa como cuando hacen esas incautaciones de droga en la tele, con todo tan ordenadito. Qué envidia... Si es que ya no tengo por donde cogerlo...

El otro día sin ir más lejos provoqué un conato de rebelión contra el desorden establecido (Normalmente suele ser al revés, que se lo digan a Tejero jejeje) y nada más sacar a la infantería de trapos sobre el cajón me encuentro una contraofensiva en forma de cartas, de tal magnitud que la avanzadilla trapil se dispersó ipso facto. No pude evitar pararme a leerlas de nuevo... diez años después.



Imagen: pablomoya.com
En su día las lees y estás más contento que unas castañuelas. Ni que decir tiene que me carteaba con chicas cuando era un pipiolo. Luego de diez años de idas, venidas, personas que vienen y se van (y otras que se quedan), pues como que uno, más que cambiar de personalidad, cambia el cristal de la ventana desde donde ve las cosas. Y lo que en la adolescencia provocaba un aumento de la cadencia de bombeo de la sangre, ahora provoca sonrisas esbozadas a causa de la nostalgia -¡Pero cómo podíamos escribir esto!- Me decía sin poder evitar soltar alguna carcajadita. Y es que cuando se es más joven se hacen más tonterías de este tipo. ¿Pero si no las haces entonces cuándo las vas a hacer? ¿a los 50? Bueno supongo que nunca es tarde si la dicha es buena.

Pero bueno también empiezas a pensar en si no era mejor cuando uno tenía dieciocho añitos y la mayor de las preocupaciones era tener la paga del "finde" y no parecer un pringao.

Entonces te preocupabas por pagar la matrícula de la carrera y ahora te preocupas por pagar la letra del piso y lo que entonces era la paga del finde ahora lo llamamos nómina y, bueno. lo que ahora ha cambiado es que bien poco importa si a alguien le pareces un pringao porque, ya en la juventud (sí, sigo siendo joven), pues como que ya tenemos "pelitos ahí". Y con las amistades igual. En la adolescencia perder un amigo era poco menos que un drama. Ahora tienes tan pocos y tan buenos que si hay un "amigo" que hace alguna tontería o te torea pues se le manda a tomar viento fresco, aquí paz y después gloria.
Resumiendo que es gerundio. Que después de las cartas crees que cambias de formade ser. Te crees más huraño, más frío, más distante. Y la realidad es bien diferente. 


En realidad lo que has cambiado con los años es tu forma de ver.

Nos vemos.

12 comentarios:

Princesa Ono dijo...

Jajja! Me ha encantado. Hay que ver cómo cambiamos con los años. Hay cosas que cambian con los años y otras que dejan de ser tan importantes Pero bueno. Lo importante es que maduramos.

Toño dijo...

Pues sí. Ése es el rollo. Y yo que pensaba que era como Jacobo, cuanto más grande más bobo jejeje.

Besillos Princesa.

Guti dijo...

Seguimos boquiabiertos con lo de Contador. Ese sí que parece que está en la adolescencia.
Ahí estamos a ver si hay otra ocasión de echar unas birras con los Madrileños/a.
Saludos.

Toño dijo...

Guti! Hola!

Yo a Contador le creo. Ya tendremos tiempo de hundirle en la misera si al final nos engaña. Que eso de criticar en este país es un deporte de más arraigo que el ciclismo jejeje.

Un abrazo! Vente cuando gustes!

Elena Cardenal dijo...

Veo que has vuelto con todas las de la ley :)

Me ha encantado esta entrada :) yo también me escribía con gente hace muchos años y me he acordado de todas esas cartas, que por supuesto, también guardo en una de mis muchas cajitas, y que algún día me pondré a leer...pero sí, seguro que pensaría lo mismo, que he cambiado en la forma de expresarme y de ver algunas cosas, aunque quiero creer que la esencia de quien era no la he perdido.

La foto muy bien escogida y el título también :)
Ahora que has vuelto al blog, espero que sea para quedarte y podamos leerte más amenudo ;)

besos!!

Toño dijo...

Muchas gracias Proyecto!!

A ver cuánto tiempo me dura jeje. Espero que mucho :)

Besillos!

Elena Cardenal dijo...

Hombreee, pues como empieces así...jaja, ya verás como si sigues escribiendo, cada vez te dan más ganas de seguir. Es adictivo. :)

Besos!!

Toño dijo...

Ya verás jejeje.

Besillos!!

Anónimo dijo...

Muy bueno, sí. Yo también guardo unas cuantas, muchas, de éstas cartas. Y otros tantos escritos que no eran cartas para nadie, sino escritos que hacía yo, en mi adolescencia, para mí.

Está bien conservarlo, son parte de nuestra vida.

Toño dijo...

Gracias Charlota.

Y que nunca las perdamos ni las hagamos desaparecer. Son parte de nuestra historia, como bien has dicho.

Besillos.

Conejo blanco dijo...

Hace un año o dos haciendo limpieza en mi habitación me encontré encima del armario en una caja de zapatos las cartas que has mecionado, que me escribía con amigos de Jaén y otros que se conocen en verano. Me hizo mucha gracia la verdad, jajaja! las cosas que ocurrían, las peleas, los amores... Algunas las tiré porque no las consideré importantes pero otras muchas las sigo conservando, supongo que para leerlas de nuevo cuando pasen los años y quizás me las encuentre de nuevo.

Pienso como tú, que en realidad seguimos siendo los mismos y cambian la forma de ver las cosas. Somos más maduros, hemos crecido y seguimos creciendo o de-creciendo, pero se sigue conservando la esencia propia de cada uno.

Toño dijo...

Yo considero todas importantes, Conejo, pero más que valor por lo que digan en sí, que puede que no tengan mucho, sí por lo que he comentado antes, no dejan de ser historia de cada uno. Seguro que si las lees dentro de otros 10 años las ves de otra manera diferente a como las viste por última vez jejeje.

Y que nunca cambiemos :)