Fecha

lunes, 27 de junio de 2011

Mordiendo el polvo

Lobezno. Me das envidia.
Imagen: xwolverine.blogspot.com/
Así comienzo el verano. Cuando te das de bocas contra el suelo se puede decir que más bajo no puedes caer, porque lo siguiente es caer a un pozo o que te absorva una corriente de agua. Pero bueno nosotros somos seres terrenales. Y terrestres. Es obvio que no somos dioses aunque a veces alguno crea que está jugando al Populous y se piense que puede controlar el mundo, de ahí nuestro carácter terrenal. Ni tampoco estamos en los límites de lo humano cual Capitán América, ni somos mutantes que nos convertimos en roca, ni volamos ni buceamos de forma natural, ni cosas que se le parezcan, y de ahí nuestro carácter terrestre. Ni tenemos alas ni branquias ni tenemos un exoesqueleto ni nuestro esqueleto es de adamantium, como Lobezno. Y peor aún, las heridas no se nos curan a la velocidad de éste. Las comparaciones son odiosas...


Pero lo peor es hacerse viejo. Bueno más que viejo, en mi caso sería mayor. De pequeño eres de goma. Esto es así y no hay más vuelta de hoja. Caídas, cortes más o menos profundos, porrazos en la cabeza, patadas en la espinilla, quemaduras, moratones y no me salen ahora mismo más actos de autovandalismo. ¿Y después qué? Nada, nada. Una tirita, mercromina y a seguir con la lista de perrerías. A curarse y a correr.

Detalle del hombro.
Esto viene a que, para quien no lo sepa, la semana pasada sufrí un accidente con la bici, me comí un bache y me fui "de Boca Juniors" contra el suelo. Mordí el polvo, como los gladiadores que están esperando a que el César de turno dirigiese su dedo pulgar hacia el suelo. Como cualquier boxeador sobradamente preparado que se va a enfrentar a Rocky Balboa. Pero sin el carácter histórico de los primeros y sin la forma tan legendaria de caer de los segundos. No. Me di una "ostia fina". Me fui al suelo cual niño se lanza a un pastel, pero el trozo más grande se lo llevó mi rodilla y les dejó otro poco a mi hombro y mi costado.

Con trece años también sufrí otra caída con la bici. Hasta la semana pasada la última que sufrí. Me fui también directo contra el suelo y en esa ocasión era asfalto. Caí otra vez de rodillas y me hice una buena herida. Pero volví andando tan fresco cual espartano después de matar su correspondiente atajo de persas. Y, ¿sabéis que pasó después? Mercromina y a correr. Lo dicho, que eramos de goma.

Detalle de la rodilla.
Ahora tengo la rodilla inflamada. Ando igual que el Doctor House pero afortunadamente no tengo esa forma de ser tan odiada por mí. Ni su bastón. Tengo la pierna que si Massiel la viera se iba a reir ella de los maltratos. Pero encima lo que hace casi veinte años eran raspones, porrazos y moratones. Ahora lees el informe del hospital y acojona leer las palabras abrasiones, traumatismos y contusiones. Y más aún que te encuentres que pone "punto de sutura", "...impresiona chasquido en el cuerpo de la rótula..." En fin, bellas palabras.

Me he dado una buena ostia y menos mal que llevaba casco. Pero, aunque os parezca una locura, me ha gustado acordarme de aquel niño que se cayó con trece años.

Nos vemos.

8 comentarios:

Guti dijo...

Bueno hombre, tuviste suerte y todo: No te has roto ningún hueso. Hay que pensar así.
No dejes la bici por esa caída.
Que te mejores.

Toño dijo...

Hombre visto así, no ha sido nada. Por menos otra personas se han hecho más jejeje.

Lo de volver a retomarla... Dame tiempo, que tengo que ir a que me la reparen. Daños menores.

Muchas gracias, Guti. Nos vemos :)

Princesa Ono dijo...

Pobre. EStás para que te cuiden... Jejeje! La verdad es que yo también he notado que ahora cuando hago ejercicio tengo más facilidad para lesionarme y tardo más en recuperar. ESo por no hablar de las decenas de contracturas que me hago durmiendo. Ya sabes lo que dicen: "Mal de muchos..."

Elena Cardenal dijo...

jajaja, lo que me he podido reir con la entrada :)

(y me río porque sé que ya estás mejor ehhh) y porque es verdad!, aunque yo liaba unas que madre mía, pero todo acababa en mercromina (dios, que componentes llevaría eso, que eran así de mágicos, a lo mejor es lo que utiliza Lobezno).

Míralo por este lado, has empezado mal el verano, el resto solo puede ir a mejor ;)

Besos y recupérate del todo!!

Toño dijo...

Mal de muchos... Dolor para esos muchos, ¿no? :P

Nos hacemos viejos, Princesa. El otro día hablando con un amigo, cuyo padre lamentablemente falleció ya en avanzada edad, me comentó que a ver a qué edad llegamos nosotros, y en caso de igualar la edad de su padre, a ver en qué condiciones...

Con lo bien que se estaba en el estado gomoso de la infancia ¿eh?

Nos vemos :)

Toño dijo...

Pues es dibromohydroxymercurifluoresceina. Esto es, si no me equivoco, una solución de dos partes de bromo, hidróxido de mercurio (que yo pensaba que el mercurio era venenoso jejeje) y fluoresceína. ¿Te ha quedado claro? A mí tampoco, pero ahora sé por qué tenía ese tonillo fosforito cuando se secaba jejeje. Igual Lobezno tiene mercromina en las venas en lugar de sangre. Quién sabe...

Me acuerdo que después salió a la venta el cristalmina, que era igual que la mercromina pero era transparente. Eso ya no es lo mismo. Con lo que molaba la mercromina y manchar los pantalones de nuestras queridas madres :P

Pues a ver si es verdad que puede ir a mejor, sí.

Nos vemos :)

Anónimo dijo...

ya no hay edad para creerse Contador, ni dopado..

Toño dijo...

A ver si por las llanuras de Yuncler no me caigo, Anónimo :P